Los trastornos de conducta y la conducta antisocial son el problema mental más común en niños y adolescentes. Incluyen afecciones que se manifiestan con problemas en el autocontrol del comportamiento y las emociones.
Este tipo de trastornos son singulares en el hecho de que violan los derechos de los demás o llevan a la persona a conflictos importantes frente a las normas de la sociedad o de las figuras de autoridad.
Vamos hacer dos matizaciones:
El autocontrol es la capacidad de regular los impulsos de manera voluntaria con el objetivo de mantener un equilibrio en el comportamiento.
La conducta impulsiva es un comportamiento que debe ser satisfecho de forma inmediata, activado por una tensión o malestar previo, y en que no se valoran las consecuencias que pueda tener esa conducta, tanto para sí mismo como para los demás, y que se realiza de manera automática, es decir, la persona es incapaz de controlar la conducta.
Entre las causas que se encuentran en la base de la conducta impulsiva y falta de autocontrol destacamos:
- Déficit de regulación emocional: Se sienten desbordados por sus propias emociones, tomando sus decisiones con base a sus emociones y no a razones.
2. Problemas para la demora en las gratificaciones o baja tolerancia a la frustración, lo que les supone realizar conductas que les proporciones beneficios inmediatos.
3. Déficit en asertividad: Siendo esta la capacidad para comunicarnos con los demás desde la autoconfianza, expresando nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y necesidades, y teniendo en cuneta los de los demás. El no ser asertivos, lleva a las personas a tener comportamientos impulsivos y agresivos.
4. Déficit en inhibición de la conducta: La capacidad para la toma de decisiones forma parte del funcionamiento ejecutivo, que se produce en la corteza prefrontal, encargada también de inhibir la conducta impulsiva y aumentar la conducta planificada; estudios neurológicos muestran que las personas impulsivas muestran actividad disminuida en esta área.
Entre estos trastornos destacan por su importancia en la infancia y adolescencia los siguientes:
- TRASTRONO NEGATIVISTA-DESAFIANTE: Patrón de enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa.
- TRASTRONO EXPLOXIVO INTERMITENTE: Destaca en él los arrebatos recurrentes en el comportamiento que reflejan un déficit en el control de los impulsos, agresividad manifestada de diferentes formas.
- TRASTORNOS DE CONDUCTA: Patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas básicas de sociales propias para la edad.
El tratamiento psicológico es eficaz para afrontar este tipo de problemas: Las técnicas operantes, la exposición en vivo con prevención de respuesta, terapia cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales y en solución de problemas.
Cuanto antes se intervenga en ellos, mejor responderán al tratamiento. Mejoraremos notablemente el bienestar de nuestros hijos ayudando a que consigan objetivos muy importantes para sus futuros.
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