Frases muy conocidas y ante las cuales los padres pierden la paciencia son por ejemplo:.” Es una guerra todos los días para que empiece hacer los déberes”, “ Se distrae continuamente”,” Parece que todo le da igual y no se motiva por nada”

Los factores con los que un niño se va a enfrentar cuando empiece a ir al colegio son dos: el potencial que tenga para el aprendizaje y su motivación para ello. Si el primero es alto pero el segundo bajo, a medida que el niño vaya creciendo, tendrá malos resultados ya que necesitará de más horas de estudio.

Otro ejemplo lo tenemos con los niños superdotados, estos tienen un alto potencial( coeficiente), pero si sus motivaciónes están en temas no relacionados con la escuela también pueden tener dificultades.

El hecho de que el niño presente alguna dificultad para el aprendizaje también le puede ocasionar una pérdida de motivación.En este caso además de motivarle, le debemos de dar los recursos y medios con lo que pueda seguir avanzando en sus estudios.

Es necesario diferenciar cuando la falta de motivación se ha presentado siempre en el niño como una desmotivación hacía el colegio y el estudio, o si la desmotivación ocurre en un momento determinado del ciclo evolutivo del niño.Cuando un niño de repente tiene un bajón en sus calificaciones escolares, nos puede estar indicando que factores externos le están afectando( rupturas matrimoniales, disputas, problemas económicos, niños que son víctimas de otros compañeros, niños que bajan deliberadamente sus notas para ser mejor aceptados en el grupo).

Debemos de saber que los niños aprenden mucho más con los modelos de referencia que les ofrecemos, que por lo que escuchan. Aquí como padres y primer modelo de referencia, somos los primeros en tener que dar el ejemplo. Si nosotros no disfrutamos y practicamos de la lectura, nos dejamos estar tumbados y así les decimos que estudien de poco nos servirá si queremos motivar a nuestros hijos hacía el esfuerzo. Es muy importante enviarle el mensaje de que estamos con él en su esfuerzo. Cuando le pedimos que estudie lo debemos de hacer con sinceridad, sentándome con él, dándole a ver lo feliz que me hace el poder ayudarlo y lo importante que es para sus padres el verlo haciendo sus deberes o estudiar.

El saber trasmitir como adultos: constancia, pautas, objetivos, ilusión y el premiar con recompensas es fundamental para motivar realmente a nuestros hijos.

Que nuestros hijos puedan disponer de una zona de estudio propia en la que dispongan del material necesario, bien acondicionada (silenciosa, con luz, temperatura y ventilación adecuada, sin distractores) es fundamental facilitando el buen rendimiento. Siempre podemos dejar que colaboren personalizando adecuadamente su zona de estudio, con algún dibujo, fotografía de alguien importante para él…, le hará sentir en un lugar más próximo y cercano.

La motivación normalmente hacía cualquier actividad es algo que tenemos que ir construyendo paso a paso.

Como orientaciones generales que mejoren la motivación hacía el estudio se aconseja:

-Es imprescindible que el niño sienta que puede lograrlo y que tenemos un plan con el que ayudarlo.

-Para ello vamos a marcar y tener muy claros los objetivos y al mismo tiempo poner en práctica nuestro plan de ayuda para conseguirlos.

-Lo primero que debemos de hacer es el marcar los objetivos con nuestro hijo adaptándolos a las posibilidades y circunstancias del niño. Por ejemplo podemos, establecer como objetivo el aprobar todas las asignaturas del primer trimestre, cuanto más pequeño sea el niño se deben de establecer a más corto plazo. El niño debe de ser participe activo en este proceso, dejándole opinar para que no sienta que simplemente se le están dando órdenes. Obviamente si la situación es grave, porque tiene muchos  suspensos o el niño es muy pequeño más tomas de decisiones debemos asumir los padres, sigue siendo recomendable integrar al niño igualmente en la medida que sea posible.

-Con los adolescentes, lo ideal es proponerles que nos presenten ellos su propio plan de estudios, esto dependerá entre otras cosas de su propia historia educativa, nosotros a partir de este plan elaborado por ellos lo podemos supervisar y ajustar según veamos que es necesario, pactando luego su cumplimiento. Si el adolescente percibe que él puede generar el cambio sin tanta imposición de los padres su motivación va aumentar, esto le genera cierta autonomía. Los resultados académicos positivos le va a permitir recibir el reconocimiento de sus padres profesores y compañeros y su motivación seguirá creciendo gracias a ello.

-El tener por escrito lo que hemos acordado, va a evitar discusiones posteriores sobre los acuerdos adoptados (tiempo de estudio, recompensas).

-A mayores, referente al tiempo dedicado al estudio estudio debemos de tener en cuenta características personales del niño como por ejemplo un déficit de atención, ante lo cual debemos de saber que necesitará descansos y más tiempo reservado para el mismo.

– Si el niño se compromete delante de alguien que es importante para él (padrino, tío), siempre lo va  a motivar más. Esta persona le puede ir preguntando por sus avances y de alguna manera irle recompensando.

-Cuando las cosas no van todo lo bien que nos gustaría, debemos de evitar mensajes derrotista, permanecer tranquilos y motivarle con alguna actividad que le guste tan pronto termine con la tarea.

-Para generar una motivación extra al empezar el curso , podemos cambiar algunas cosas en la habitación ,como algún mueble, dejar que coloque algún póster…

-Hacer ver los aspectos positivos en los que va avanzando, antes de reñirle por el cumplimiento de sus deberes.

– Si es necesario porque el niño tiene un retraso o dificultad considerable, busque la ayuda de un profesional, sin sobresaturar los horarios de su hijo.

-Cada niño tiene su propio estilo de aprendizaje, todos tiene sus puntos fuertes y débiles. La motivación hacia el aprendizaje crecerá si le resulta más fácil y natural aprender. Solamente en algunas ocasiones cuando no consigue avanzar modificaremos su estilo de aprendizaje.

-Como padres cuando nos implicamos activamente en el aprendizaje de nuestros hijos les estamos trasmitiendo nuestro interés en ayudarlos a que rindan lo más posible. Para ello debemos construir nuestro interés autentico por la enseñanza, asistiendo regularmente a las reuniones del colegio, mantener una buena y franca relación con sus profesores, cuando aparezca un problema mostremos nuestra sincera colaboración, intercambiemos información sobre el rendimiento del niño, manteniendo una opinión  positiva sobre la escuela.